IMPORTANCIA DE LOS APORTES DE AGUA A LA ALBUFERA DE VALENCIA PARA EL CONTROL DE LA EUTROFIZACIÓN Y EL MANTENIMIENTO DE SU CALIDAD ECOLÓGICA Y BIODIVERSIDAD.

 

Profesor Doctor Eduardo Vicente Pedrós.

Catedrático Habilitado Nacional de Ecología. Departamento de Microbiología y Ecología. Facultad de Ciencias Biológicas. Universidad de Valencia. 46100 – Burjassot (Valencia)

 

Desde 1980 el Personal Investigador del Departamento de Microbiología y Ecología ha realizado numerosos estudios en la Albufera de Valencia y el marjal que luego fue declarado Parque Natural en junio de 1986 por la Generalitat Valenciana, así como de otros muchos humedales y lagunas costeras mediterráneas. De los trabajos realizados se han derivado múltiples publicaciones tanto nacionales como internacionales que han descrito el ecosistema, el proceso de contaminación, su estado trófico, así como su biodiversidad y la evolución que desde 1980 ha seguido el lago. Esta lista de publicaciones se detalla en el apéndice.

 

El lago de la Albufera es la evolución de una laguna costera, en origen salobre, que se cierra  hasta separarse del mar por una barra arenosa o restinga y que a lo largo de los siglos se transforma por las aportaciones de agua dulce en una laguna oligohalina tipo “albufera”. Las albuferas son lagunas de escasa profundidad y gran superficie, en este caso, una profundidad media de aproximadamente 1 m y una superficie de 2.350 hectáreas actualmente. Hasta principios de los años 60 era una laguna de aguas limpias, con vegetación, emergente o no, según las zonas que cubría su fondo, habitada por especies piscícolas de interés como la anguila y la lubina, varias especies de ciprinodóntidos declarados especies protegidas (samaruc y fartet), amén de múltiples endemismos y otras especies tanto vegetales como animales que pobladoras del plancton y el bentos la dotaban de una gran diversidad biológica.

El crecimiento del asentamiento urbano e industrial en su cuenca y la construcción del alcantarillado de las poblaciones, que en ocasiones sigue desembocando en las acequias de riego que llegan hasta la Albufera, transformó esa laguna limpia oligotrófica en una laguna eutrófica hacia los años 70 y en hipertrófica a finales de esta década. El agua perdió la transparencia, desapareció la vegetación acuática de fondo, se perdieron las especies piscícolas de interés y las aguas de la laguna pasaron a tener un color verde intenso que delataba su carácter hipertrófico. La biodiversidad se redujo y en cuanto a especies piscícolas pasó a estar dominada principalmente por la llisa o  mugil como especie principal, desapareciendo del lago muchas otras, como el fartet, el samaruc, la lubina y prácticamente la anguila y crustáceos tradicionales como la gambeta. Algunas de estas especies de gran valor ecológico sobreviven en la actualidad albergadas en los cursos de agua de buena calidad y en los ullals del Parque Natural. Desde los años 80 hasta la actualidad, se ha mantenido esta situación de hipertrofia, sólo disminuida ligeramente con la puesta en servicio del Colector Oeste (que retira una parte de vertidos de poblaciones entre Alfafar y Silla).

En el año 1995, periodo de extraordinaria sequía, se observó un aumento importante de la mineralización del agua hasta de un 500 %, como consecuencia de la disminución de los aportes de agua dulce, lo cual favoreció además de la concentración de sales por evaporación, los efectos de la intrusión marina.

En los años 2000 y 2001, durante la primavera temprana, se han observado fases claras de la laguna, durante las cuales las aguas recuperaron la transparencia durante unos diez a quince días, para luego volver a revertir a su estado hipertrófico habitual.

Publicado en 1997, el Artículo 24 del Plan Hidrológico de la Cuenca del Júcar, en el apartado C dedicado a señalar las Reservas indica que de los recursos superficiales del sistema Júcar se fijan, entre otras, la siguiente reserva en el punto 21: “Las necesidades hídricas del Parque Natural de la Albufera se estiman en 100 hm3/año. Con la asignación realizada a los riegos tradicionales de la Ribera del Júcar, y considerando sus retornos y sobrantes así como las aportaciones intermedias no reguladas, tal necesidad hídrica se considera correctamente satisfecha.” 

 

Estos son algunos hechos que enmarcan la situación histórica y presente del ecosistema, que nos servirán de punto de partida para la interpretación de otros datos y resultados obtenidos en los diferentes trabajos por nuestro grupo investigador y otros estudios realizados. De ello se deduce:

a)    La Albufera de Valencia es una laguna litoral somera de aguas dulces con importante flujo de aguas continentales, es lo que podríamos decir un sistema dominado por el flujo hídrico.

b)    Es necesario que la Albufera reciba aportaciones suficientes de aguas de buena calidad para que recupere el estado trófico inicial, como así lo demuestra la existencia de fases claras en los años en que la pluviosidad y otros aportes permiten durante el momento del vaciado de los arrozales la llegada la vaso lagunar de flujos hídricos de buena calidad con biomasa de plancton filtrador suficiente para clarificar las aguas.

c)     La falta de dichas aportaciones de agua en volumen suficiente transforma la Albufera en una laguna de mayor salinidad por causa de la concentración de sales y la intrusión  marina, como lo demuestran los cambios acaecidos durante la sequía de 1995.

d)    La Administración Hidráulica, ajustándose a las indicaciones del Plan Hidrológico de 1997, no proporciona las aportaciones de caudales necesarios para garantizar la tasa de renovación propio de estas lagunas costeras, ni para conseguir el estado trófico idóneo.

 

El volumen de agua reservado por la Administración Hidráulica, como demuestran numerosos estudios,  es completamente insuficiente para mantener la calidad del ecosistema.  Los estudios realizados por la propia Confederación Hidrográfica del Júcar durante 2004 justifican que las necesidades hídricas estimadas en 1997 por el Plan Hidrológico para la Albufera eran exiguas. En el “Estudio para el Desarrollo Sostenible de L’Albufera”, proyecto 08.803.190/0411 financiado por el Ministerio de Medio Ambiente, se dan los valores actuales de volumen de agua para las escorrentías superficiales de 12,22 hm3/año y para los retornos de riego de 89,8 hm3/año, que en conjunto suponen 102,02 hm3/año, lo que coincide con las reservas establecidas en el Plan Hidrológico de 1997. El estado trófico actual de la Albufera no es el correcto, y por lo tanto las aportaciones indicadas por la Administración Hidráulica de 100 hm3/año son a todas luces insuficientes para mantener la calidad de las aguas y el buen estado ecológico del ecosistema, por varios motivos:

a)     La distribución de las escorrentías naturales superficiales no son regulares en el tiempo, sino que sólo se producen durante los episodios de lluvias intensas que tienen lugar en primavera y otoño en estas cuencas mediterráneas, produciendo las inundaciones relámpago o “flash floods”, tal y como acontece periódicamente cada varios años, la última en el año 2000, durante las que sólo llega el agua al lago en un periodo de dos o tres días. El resto del año, las escorrentías naturales son prácticamente inexistentes, tal y como puede comprobarse aforando el caudal del Barranco de Poyo, el principal tributario natural de la Albufera. Estas aportaciones tumultuosas, si bien influyen reduciendo la mineralización del agua del lago, por lo que son un freno a la salinización como lo es cualquier otro aporte importante de agua dulce, tienen la contrapartida de que al arrastrar el sedimento de los cauces, cargado de nutrientes y en ocasiones productos tóxicos, pueden empeorar la calidad de las aguas, esto debido al mal estado de los sedimentos acumulados en los cauces, problema que debiera ser corregido por ejemplo mediante tratamientos correctores, biorremediación o los que fueran más adecuados en cada caso. De todo esto nada se concreta en el PRUG.

b)    La distribución de los retornos de riego no se realiza regularmente a lo largo del año, tan sólo en el periodo de cultivo del arroz (de mayo a agosto) y durante el vaciado de los campos tras la inundación invernal (febrero), momento este último en el que pueden producirse las fases claras. En los años más recientes (desde 2002) estas deseables fases claras se han reducido al mínimo, lo que está en relación con la precaria inundación invernal de los arrozales, en ocasiones tan precaria que puede llegar a incumplir las condiciones establecidas para el cobro de las subvenciones correspondientes (PAC). Las fases claras tienen una importancia añadida no sólo porque suponen una mejora del estado ecológico del lago, sino también porque la transparencia del agua es un condicionante necesario para el desarrollo de la vegetación de macrófitos lacustres, que a su vez son el punto de arranque de un aumento de la biodiversidad y de la calidad ecológica de todo el ecosistema y que una vez alcanzada esta cobertura vegetal favorecería la perpetuación del estado de aguas claras. Nada dice el PRUG en relación con estas necesidades hídricas ni en cuanto a su cantidad i su calidad.

c)     La distribución de los retornos de riego tampoco es regular por la superficie del lago, pues se distribuye proporcionalmente a la zona regable, siendo mayor en la zona sureste (lo que produce una renovación en esta zona de hasta 15 veces al año); mientras en la zona oeste es muy escasa (con una renovación menor de 2 veces al año). Nada se propone en el PRUG para corregir estas desigualdades espaciales relacionadas en muchos casos con los usos humanos del agua ni tampoco en lo que se refiere a la marcada diferencia entre la calidad de las aguas aportadas, por lo general de peor calidad en el norte y oeste que en el sur.

d)    La combinación de estas tres irregularidades expuestas produce que haya periodos del año prácticamente sin aportaciones de agua a la Albufera porque no es época de cultivo o porque no llueve, en los que se agudizan las situaciones de estrés para la flora y la fauna. Tampoco se propone en el PRUG las medidas concretas necesarias para equilibrar este déficit hídrico, solicitando aportaciones suficientes de agua de buena calidad a partir de las reservas existentes en los embalses de la cuenca (como el embalse de Tous, por ejemplo, tal como señala el Estudio para el Desarrollo Sostenible antes citado). En resumen, el PRUG no se ocupa seriamente de corregir las irregularidades que provocan déficit espacial o temporal en el aporte de aguas al lago, ni de corregir los problemas de contaminación, ni de garantizar que los aportes hídricos sean de buena calidad  para asegurarle su buen estado ecológico.

 

La Albufera de Valencia, tal y como la consideran los estudios científicos, es un lago caracterizado por el flujo hídrico. Estableciendo una similitud, el agua fluyente es necesaria para la Albufera como el alimento para el ser vivo. En la laguna es lo mismo, pues no sirve confiar en las escorrentías superficiales cuando estas se distribuyen irregularmente en el tiempo, ni en los sobrantes de riego, que se distribuyen irregularmente en el espacio y el tiempo. Puesto que la Albufera debe considerarse como un sistema conectado a los ríos Turia y Júcar (podríamos decir como un delta adoptivo de estos cursos fluviales), por ello su cuantioso suministro de agua no dependía en el pasado de la pluviosidad, ni de los aportes regulados por el hombre en la misma medida que hoy en día. Por otra parte, también se debe vigilar que la calidad de las aportaciones sea la adecuada para el ecosistema. Numerosos estudios vuelven a insistir en que sólo aguas de buena  calidad son las adecuadas para la regeneración y mantenimiento del ecosistema. Aguas de buena calidad pueden definirse en base a muchos factores químicos y biológicos, pero a efectos prácticos diremos que en cuanto a su biología, deben de contener los organismos propios de las aguas naturales; y en cuanto a sus características químicas deben estar exentas de tóxicos, contenido en materia orgánica muy bajo y su nivel de nutrientes (compuestos de nitrógeno y fósforo) no debe exceder 0,01 mg/l de P-total y 0,07 mg/l de N-total.

En cuanto al volumen de agua necesario, debemos señalar que para satisfacer un sistema de flujos como el que acabamos de definir, los aportes de agua al vaso lagunar deben exceder los 300 hm3/año, al igual que los recibía durante la década de los 70-80, tal y como se determinó en nuestros estudios de 1987, donde los aportes fueron superiores a 280 hm3/año. Las mediciones de caudales realizadas durante 2003-2004 por nuestro Departamento son completamente acordes con las del Estudio para el Desarrollo Sostenible, y sitúan las aportaciones totales actuales al vaso lagunar en 170 hm3/año, lo que supone una importante reducción frente a los valores arriba citados de las décadas 70-80 y que muestran una preocupante tendencia descendente desde los años 60 hasta la actualidad. Estamos seguros que la calidad ecológica del ecosistema no es compatible con estas limitaciones hídricas ni tampoco la recuperación del lago. También debemos señalar que el sistema completo del Parque Natural requiere unos aportes que doblan esta cantidad por lo que serían siempre superiores a los 600 hm3/año. Estudios realizados que se citan en el Apéndice bibliográfico demuestran que los aportes al vaso lagunar están relacionados directamente con los aportes al sistema del Parque Natural, y que esta proporción es aproximadamente del 50 %. 

 

El Plan Rector de Uso y Gestión del Parque Natural de la Albufera, lejos de seguir las indicaciones de los estudios recientes en cuanto a la insuficiencia de las aportaciones de agua, se limita a copiar la reserva hidráulica indicada en el Plan Hidrológico de la Cuenca del Júcar de 1997, a pesar de que los datos de la propia Administración y los estudios científicos realizados por las Universidades y otros Centros de Investigación demuestran que esta cantidad nada tiene que ver con las necesidades reales del ecosistema, que, como hemos dicho, serían siempre superiores a los 300 hm3/año de agua de buena calidad para el vaso lagunar y superiores a  600 hm3/año para el Parque Natural, dejando claro que estas cifras son los mínimos compatibles con la buena calidad ecológica del humedal exigida por la Directiva Marco del Agua de la Unión Europea y que ya suponen una reducción aproximadamente a la mitad de los aportes históricos durante la primera mitad del siglo XX.

Las surgencias de aguas subterráneas, a veces localizadas (ullals), otras veces difusas (afloraciones en las propias acequias y canales del Parque) son en la actualidad de cuantía moderada; pero la importancia ecológica y la biodiversidad de los hábitats que genera las convierte en componentes esenciales del Parque Natural. Numerosas especies dependen para su supervivencia de estos hábitats. En la actualidad la explotación del acuífero sumada a la tendencia del cambio climático merma sus recursos hídricos y también en casos históricos o recientes se ha tendido a favorecer su colmatación.  Estos enclaves son zonas de descarga de un acuífero bien identificado y dado que sus aguas son de características hidroquímicas diferentes a las aguas de regadío, nunca puede admitirse la posibilidad de reemplazar la descarga subterránea  por el aporte de aguas superficiales o favorecer la mezcla de ambas, pues ello afectaría seriamente la composición de su biota. Los ullals son microábitats de humedal característicos en los que viven y se reproducen numerosos endemismos y especies protegidas y generan cursos de agua efluentes dotados de especiales connotaciones hidroquímicas y biológicas. Su protección y conservación es esencial y la restauración de aquellos que se encuentren en mayor o menor grado aterrados debe ser ante todo en base al respeto de sus características naturales propias. La gestión integrada de las aguas superficiales y subterráneas es el instrumento que garantiza la correcta conservación de los acuíferos tanto en cuanto a su cantidad como en la calidad de sus aguas. Los ullals dependen del buen estado del acuífero por lo que potenciando su recarga y evitando la sobrexplotación, contaminación, u otras presiones humanas que puedan alterarlo, estaremos al mismo tiempo protegiendo estos hábitats singulares. Ningún plan concreto se recoge en el PRUG para la correcta gestión de estos ambientes de gran valor ni para la correcta preservación del acuífero que los alimenta con su descarga natural artesiana. Paralelamente, surgencias similares a las que acabamos de describir como afloraciones en la marjal, también suceden en el vaso lagunar, en el pasado mucho más abundantes y caudalosas que en la actualidad, por lo que es también importante la localización, estudio y conservación de estos microábitats lacustres. También se echa en falta en el PRUG una mención concreta a estos subsistemas singulares y los planes específicos para su localización y correcta gestión que asegure de manera clara su protección.

 

Por todo lo expuesto, se estima necesario que  el PRUG, como texto que debe salvaguardar los valores ecológicos y de calidad ambiental de este ecosistema, recoja claramente:

a)     La necesidad de unas aportaciones mínimas que garanticen la calidad y biodiversidad del ecosistema, acorde con los estudios recientes, indicando cuál es el volumen de agua de buena calidad necesario: superior a 600 hm3/año para el ecosistema y 300 hm3/año para el vaso lagunar, en concordancia con las características del lago, que hemos definido como un sistema caracterizado por el flujo hídrico. Estos caudales no sólo son coherentes con las características ecológicas y los aportes históricos al sistema, que por supuesto hasta los años 80 fueron mucho mayores que en la actualidad, sino para mantener el buen estado ecológico del lago al nivel que se definió por acuerdo de los expertos participantes en el Estudio para el Desarrollo Sostenible citado, que correspondería al estado ecológico equivalente al existente en los años 60. Análogamente, los aportes hídricos citados actuarían como salvaguarda de la salinización de las aguas, cuya prevención es condicionante para el uso agrícola de la zona y asunto muy importante durante los periodos de sequía.

b)    Velar por el cumplimiento de los parámetros de calidad admisibles para las aguas afluentes al vaso lagunar de la Albufera, y que como hemos dicho, tomado de los estudios científicos y del propio modelo ecológico utilizado por la Administración Hidráulica (estudio del MMA antes citado) no deben superar los valores de nutrientes y otros contaminantes definidos anteriormente para las aguas de buena calidad.

c)     Establecer las actuaciones necesarias conducentes a que se cumplan los valores de calidad y cantidad de las aguas  que llegan al sistema, así como el carácter natural de las mismas, lo cual es un condicionamiento inexcusable. Asimismo, se debe actuar en la descontaminación y restauración de los cauces del Parque Natural, por su influencia directa sobre la calidad de las aguas aportadas. Debería de abordarse una planificación de estos trabajos, bien entendido que los cauces deben de mantener tanto por razones hidroquímicas como biológicas un carácter absolutamente natural, del que queda excluida cualquier actuación de “obra dura” y por supuesto cualquier tipo de encauzamiento, cementaciones, etc., aunque se pretendan disfrazar de un carácter naturalizado utilizando piedra escollera o similares. Este Parque Natural está dotado desde tiempos históricos de un sistema de cursos de agua con gran riqueza y biodiversidad en su flora y fauna, al que por razón de conservación de las especies (algunas de ellas endemismos y especies protegidas) no podemos renunciar; pero también por el carácter funcional de dichos ambientes que compensan fluctuaciones en la calidad de las aguas y en la regulación de su velocidad de tránsito. 

d)    Establecer las actuaciones que garanticen el aporte de caudales que mantenga el flujo hídrico en el lago cuando las escorrentías naturales y/o los retornos de riego sean insuficientes o cuando la deficiente calidad de dichas aguas exija su reemplazo por aguas naturales de buena calidad, tal como las hemos definido anteriormente. Por tanto, establecer módulos mínimos concretos de aguas de buena calidad procedentes de los embalses (Tous, por ejemplo) que de manera sistemática deberían ser reservadas y aportadas al Parque Natural y al lago según una planificación acorde con sus necesidades. En ninguna manera estos aportes deben tener su origen en aguas residuales tratadas como parece sugerir el PRUG por carecer de las características hidroquímicas exigidas para la conservación del ecosistema y lo que es igualmente importante por no ser de origen natural. No olvidemos que ya en 1979 el profesor Docavo Alberti en su libro: La Albufera de Valencia, sus peces y sus aves, destacaba la importancia que para este lago tiene, con esta frase “El incremento hasta el máximo posible de aportes de caudal de aguas limpias, principalmente por su parte norte. En este sentido el propietario del Lago debe seguir intensificando sus gestiones para que acequias importantes, como la Real del Júcar, incrementen al máximo su caudal y viertan a él todos sus excedentes”. Es de absoluta necesidad aumentar el caudal aportado al lago, sobre todo cuando vemos que año tras año el volumen afluente se recorta dejándolo en la actualidad en la mitad que durante los años 80 y la tercera parte si lo comparamos con las décadas anteriores. 

e)     Incluir una regulación detallada de las condiciones de inundación invernal, no sólo por el condicionamiento que suponen para la correcta asignación de las subvenciones, sino por su importancia ecológica para un Parque Natural que en realidad se define como un humedal y para todos los aspectos ecológicos relacionados con la biota que alberga, por ejemplo las numerosas especies de aves invernantes, la biodiversidad del plancton y el bentos en los terrenos inundados, los procesos geoquímicos que durante esta época y en estas condiciones concretas se producen (la mineralización de la materia orgánica, la fijación del nitrógeno, etc.), el control de plagas por métodos naturales sin utilización de plaguicidas químicos y un largo etcétera. Además, la riqueza biológica conseguida en las aguas y en los terrenos de inundación invernal revierte muy positivamente en la calidad ambiental del lago y también de los arrozales, por ejemplo la aparición de las fases claras en el lago y la reducción de la necesidad de usar plaguicidas químicos en los cultivos. También se debe considerar que el periodo de inundación invernal y la cuantía de los aportes al sistema tiene una gran influencia en la recarga del acuífero asociado al humedal. Un informe del Instituto Geológico y Minero de España (IGME) asigna hasta un 40 % de la recarga de los acuíferos a la infiltración de las aguas de regadío. La tendencia actual de modernización del regadío encaminada al ahorro de agua y la reducción de los módulos aportados al sistema en la inundación invernal influirá negativamente sobre las aguas subterráneas. Es por tanto de gran importancia considerar este aspecto para la planificación de los módulos asignados al regadío y para la duración y volumen de la inundación invernal, que como mínimo debe ser conjuntamente con el periodo de cultivo de nueve meses al año (así se establece para la asignación de las subvenciones de la PAC).

f)     Dada la importancia de los ullals y otras surgencias artesianas, es imprescindible que el PRUG aborde planes y normas concretas que garanticen la pervivencia de los afloramientos de aguas subterráneas en cantidad suficiente, no reemplazables por otros flujos superficiales ni miscibles con ellos, evite su contaminación, por ejemplo con productos procedentes de los usos agrícolas colindantes, y garantice la preservación del hábitat natural y de las especies que lo pueblan. En los últimos años se tiene constancia de la reducción de caudal de algunas de estas surgencias, sin duda relacionada con los usos del acuífero que las surte, por lo que el PRUG debería abordar de forma concreta y contrastada con los correspondientes datos de campo, las medidas conducentes al mantenimiento del caudal y nivel de las aguas en todos los ullals catalogados y también en todas las surgencias difusas incluidas las subacuáticas en el vaso lagunar. 

g)     Instar a la Administración Hidráulica para que con la máxima urgencia se modifiquen al alza las reservas destinadas a la Albufera y al Parque Natural, de forma acorde con los resultados del Estudio para el Desarrollo Sostenible antes citado y los numerosos trabajos científicos cuyas referencias se aportan. 

En Burjassot, a 11 de julio de 2005 

Firmado: Eduardo Vicente Pedrós

 

APÉNDICE.

PUBLICACIONES REALIZADAS EN EL DEPARTAMENTO SOBRE LA ALBUFERA DE VALENCIA Y OTROS HUMEDALES COSTEROS MEDITERRANEOS.

 

  1. Alfonso, M.T. 1996. Estudio de las comunidades zooplanctónicas del Parc Natural de la Albufera de Valencia. Tesis Doctoral. Universitat de Valencia. 310 pp.
  2. Alfonso, M.T. y M.R. Miracle. 1987. Estudio comparativo del zooplancton en tres ullales del Parque Natural de la Albufera de Valencia. Limnetica 3: 263-272.
  3. Alfonso, M.T. y M.R. Miracle. 1990. Distribución espacial de las comunidades zooplanctónicas de la Albufera de Valencia. Scientia gerundensis 16(2): 11-25.
  4. Amaro, C., A.E. Toranzo, E.A. González, J. Blanco, M.J. Pujalte, R. Aznar & E. Garay. 1990. Surface and virulence properties of environmental Vibrio cholerae non 01 from Albufera Lake (Valencia, Spain). Appl. Environ. Microbiol. 56: 1140-1147.
  5. Arengo, X, M.A. Rodrigo y R. Oltra. 2002. Caracterización del zooplancton de la zona sur del Parque Natural del Hondo (Alicante. Ecología 16: 243-257.
  6. Blanco S., Romo S., Villena M.J. & Martínez S. 2003. Fish communities and food web interactions in some shallow Mediterranean lakes. Hydrobiologia. 506: 473-480.
  7. Blanco, S., S. Romo & M.J. Villena. 2004. Experimental study on the diet o mosquitofish (Gambusia holbrooki) under different ecological conditions in a shallow lake. Internat. Rev. Hydrobiol. 89: 250-262
  8. Blanco, C. 1974. Estudio de la contaminación de la Albufera de Valencia y de los efectos de dicha contaminación sobre la fauna y flora del lago. Tesis Doctoral. Univ. de Valencia. 193 pp.
  9. Blanco, S.; Fernández-Aláez, M.; Bécares, E.; Romo, S. & Ector, L. 2003. Réponses de la communauté de diatomées épiphytes aux changements expérimentaux du réseau trophique dans un lac peu profond (Espagne). Bulletin de la Société des Sciences Naturelles de L'Ouest de la France. 10: 288-304.
  10. Bradt, S. & M.J. Villena. 2002. Detection of microcystins in the coastal lagoon La Albufera de Valencia, Spain by an enzyme-linked immunosorbent assay (E.L.I.S.A.). Limnetica 20 (2): 187-196.
  11. De Eyto, E., K. Irvine, F. Garcia, M.R. Miracle et al. 2003. The distribution of Chydorids (Branchiopoda, Anomopoda) in European shallow lakes and its aplication to ecological quality monitoring. Archiv für Hydrobiologie 156: 181-202
  12. Garay, E. 1975. Indices microbiológicos de contaminación fecal en la Albufera. Tesis doctoral. Universidad de Valencia.
  13. Garay, E., J.P. Martínez y E. Hernández. 1978. Aislamiento e identificación de Salmonella en la Albufera de Valencia. Rev. Agroquím. Tecnol. Alim. 18: 119-124.
  14. García, M.P., E. Vicente y M.R. Miracle. 1984. Sucesión estacional del fitoplancton de la Albufera de Valencia. Anales de Biología 2: 91-100.
  15. López García, M.J. & V. Caselles. 1990. A multi-temporal study of chlorophyll a concentration in the Albufera lagoon of Valencia, using thematic mapper data. Int. J. Remote Sensing 11: 301-311.
  16. Miracle, M. R. & Sahuquillo, M., 2001: Changes of life-history traits and size in Daphnia magna during a clear-water phase in a hypertrophic lagoon (Albufera of Valencia, Spain). - Verh. Internat. Verein. Limnol. 28: 1203-1208.
  17. Miracle, M.R. & E. Vicente. 2000. La biosfera com a usuari fonamental de l' aigua. En: Aigua i Paisatge. El Territori Valencià i els Recursos Hídrics. Jardí Botanic. Fundació General de la Universitat de València: 76-79.
  18. Miracle, M.R. 1988. Human impact on aquatic ecosystem: the “algal bowl” (cultural eutrophication). In: Environmental and Pesticide Toxicify (Dalela, R.C., S. Kant and S. Vohsa, eds.). The Academy of Environmental Biology, India. Muzaffarnagar, India. 280 pp.
  19. Miracle, M.R., E. Vicente, y E. Garay. 1984. L’Albufera de Valéncia i la problemàtica de la contaminació de les aigües continentals costaneres. XII Congrès de Metges i Biòlegs de llengua catalana. Libro de Ponencias:153-166.
  20. Miracle, M.R., J.M. Soria, E. Vicente y S. Romo. 1987. Relaciones entre la luz, pigmentos fotosintéticos y el fitoplancton en la Albufera de Valencia, laguna litoral hipertrófica. Limnetica 3: 25-34.
  21. Miracle, M.R., M.P. Garcia y E. Vicente. 1984. Heterogeneidad espacial de las comunidades fitoplanctónicas de la Albufera de Valencia. Limnetica 1: 20-31.
  22. Moss B., Stephen D., Alvarez C., Bécares E., Van de Bund W., Collings S.E., van Donk E., de Eyto E., Feldman T., Fernández-Aláez C., Fernandez-Aláez M., Franken R., García-Criado F., Gross E., Gyllström M., Hansson L.A., Irvine K., Järvalt A., Jensen J.P., Jeppesen E., Kairesalo T., Kornijow R., Krause T., Künnap H., Laas A., Lill E., Lorens B., Luup H., Miracle M.R., Nõges P., Nõges T., Nykänen M., Ott I., Peczula W., Peeters E.T.H.M., Philips G., Romo S., Russel V., Salujõe J., Scheffer M., Siewertsen K, Smal H., Tesch C., Timm H., Tuvikene L., Tonno I., Virro T. & Wilson D. 2003 The determination of ecological quality in shallow lakes - a tested system (ECOFRAME) for implementation of the European Water Framework Directive. Aquatic Conservation: Marine and Freshwater Ecosystems. 13: 507-549.
  23. Moss, B., D. Stephen, D. Balayla, E. Becares, C. Ferriol, M.R. Miracle, S. ROmo, J. Rueda, E Vicente, M.J. Villena y otros. 2004. Continental-scale patterns of nutrient and fish effects on shallow lakes: synthesis o a pan-European mesocosm experiment. Freshwater Biology 49: 1633-1649.
  24. Nõges, P., Nõges, T., Tuvikene, L., Smal, H., Ligeza, S., Kornijov, R., Peczula, W., Becares, E., Carcia-Criado, F., Alvarez-Carrera, C., Fernandez-Alaez, A.-C., Ferriol, C., Miracle, R.M., Vicente, E., Romo, S., Van Donk, E.,  Bund, W. van de, Jensen, J.P., Gross, E.M., Hansson, L.-A., Gyllström, M., Nykänen, M., Eyto, E.de, Irvine, K., Stephen, D., Collings, S., Moss, B. 2003. Factors controlling hydrochemical and trophic state variables in 86 shallow lakes in Europe. Hydrobiologia, 506(1): 51-58.
  25. Oltra, R. 1982. Dinámica de las poblaciones del zooplancton de la Albufera de Valencia y su relación con los parámetros ambientales. Tesina Licenciatura. Universidad de Valencia. 177 pp.
  26. Oltra, R. 1993. Estudio del zooplancton de dos lagunas litorales mediterráneas: El Estany de Cullera y la Albufera de Valencia. Tesis Doctoral. Universidad de Valencia. 378 pp.
  27. Oltra, R. & M.R. Miracle. 2000. Variación espacio-temporal de las poblaciones de rotíferos de la laguna meromíctica Estany de Cullera (Valencia). Limnética, 19: 39-52.
  28. Oltra, R. & M.R. Miracle. 2000. Variación espacio-temporal de las poblaciones de crustáceos, larvas de poliquetos y protozoos de la laguna meromíctica Estany de Cullera (Valencia). Limnetica, 19: 53-65.
  29. Oltra, R. & M.R. Miracle. 2000. Estructura y dinámica de la comunidad zooplanctónica de la laguna meromíctica Estany de Cullera (Valencia). Limnetica, 19: 67-82.
  30. Oltra, R. y Miracle, M.R. 1984. Comunidades zooplanctónicas de la Albufera de Valencia. Limnetica. 1: 51 - 61. 
  31.   Oltra, R. & M.R. Miracle. 1992. Seasonal succession of zooplankton populations in the hypertrophic lagoon Albufera of Valencia (Spain). Arch. Hydrobiol. 124: 187-204.
  32. Oltra, R.; M.T. Alfonso, M. Sahuquillo & M.R. Miracle. 2001. Increase of rotifer diversity after sewage diversion in the hypertrophic lagoon, Albufera of Valencia, Spain. Hydrobiologia 446/447: 213-220.
  33. Ortega-Mayagoitia, E., C. Rojo y M.A. Rodrigo. 2003. Controlling factors of phytoplankton taxonomic structure in wetlands: an experimental approach. Hydrobiologia 502: 177-186   
  34. Rodrigo, M.A., C. Rojo y M. Álvarez-Cobelas. 2003. autotrophic and heterotrophic picoplankton in wetlands: differences with lake patterns. Internat. Rev. Hydrobiol. 88: 464-481      
  35. Rodrigo, M.A., C. Rojo y X. Armengol. 2003. Plankton biodiversity in a landscape of shallow water bodies (Mediterranean coast, Spain). Hydrobiologia. 506-509: 317-326
  36. Rodrigo, M.A.; C. Rojo, X. Armengol & M. Mañá. (in press) Heterogeneidad espacio-temporal de la calidad del agua en un humedal costero: El marjal de la Safor. Limnetica.
  37. Rodrigo, M.A.; X. Armengol, R. Oltra & W. Colom. 2002. Physical and chemical characterization of a protected wetland area in El Fondo d’Elx (Alicante, Spain). Limnetica 21 (1-2): 37-46.
  38. Romo S., Miracle R., Villena M. J. , Rueda J., Ferriol C. & Vicente E. 2004. Mesocosm experiments on nutrient and fish effects on shallow lake food webs in a Mediterranean climate. Freshwater Biology, 49: 1593-1607.
  39. Romo, S. & M.R. Miracle. 1993. Long-term periodicity of Planktothrix agardhii, Pseudanabaena galeata and Geitlerinema sp in a shallow hypertrophic lagoon, the Albufera of Valencia (Spain). Arch. Hydrobiol. 126: 469- 486.
  40. Romo, S. & M.R. Miracle. 1994. Population dinamics and ecology of subdominant phytoplankton species in a shallow hypertrophic lake (Albufera of Valencia, Spain). Hydrobiologia 273: 37-56.
  41. Romo, S. & M.R. Miracle. 1995a. Diversity of the phytoplankton assemblages of a polymictic hypertrophic lake. Arch. Hydrobiol. 132: 363-384.
  42. Romo, S. & O. Van Torengen. 1995b. Multivariate analisys of phytoplankton and related environmental factors, in a shallow hypertrophic lake. Hydrobiologia. 299: 93-101.
  43. Romo, S. 1991. Estudio del fitoplancton de la Albufera de Valencia, una laguna hipertrófica y somera, entre 1980 y 1988. Tesis doctoral. Universitat de València. 197 pp.
  44. Romo, S. 1994. Seasonal variation in size of Cyanophytes Planktothrix agardhii, Pseudanabaena galeata and Geitlerinema sp. Verh. Internat. Verein. Limnol. 25: 2221-2225
  45. Romo, S.; M.R. Miracle, M.-J. Villena, J. Rueda, C. Ferriol & E. Vicente. (2004) Mesocosm experiments on shallow lake food webs in a Mediterranean climate. Freshwater Biology 49: 1593-1607.
  46. Serra, M. 1986. La eutrofización de los lagos. Algunos ejemplos españoles. Anales del Centro de Alzira (UNED). 4: 293-317.
  47. Serra, M., M.R. Miracle y E. Vicente .1984. Interrelaciones entre los principales parámetros limnológicos de la Albufera de Valencia. Limnetica. 1: 9-19
  48. Soria, J. M. & Vicente, E., 2002: Estudio de los aportes hídricos al Parque Natural de la Albufera de Valencia. Limnetica 21: 105-116.
  49. Soria, J.M. & M.T. Alfonso. 1993. Relations between physico-chemical and biological characteristics in some coastal intradune ponds near Valencia (Spain). Verh. Internat. Verein. Limnol. 25: 1009-1013.
  50. Soria, J.M. 1987. La eutrofización de la Albufera de Valencia: mineralización, nutrientes y biomasa. Ed. Pato Colorado. Col. Limnología. 95 pp.
  51. Soria, J.M. 1997. Estudio de los sistemas acuáticos del Parque Natural de la Albufera de Valencia. Tesis Doctoral. Facultad de Ciencias Biológicas. Universidad de Valencia. 297 pp.
  52. Soria, J.M., M.R. Miracle y E. Vicente. 1987a. Aporte de nutrientes y eutrofización de la Albufera de Valencia. Limnetica 3: 227-242.
  53. Soria, J.M., M.R. Miracle y E. Vicente. 1987b. La Albufera de Valencia: comunidades fitoplanctónicas en la campaña 1992-93. Act. VI Simp. Nac. Bot. Cript. 165-172.
  54. Soria, J.M., Miracle, M.R. & Vicente, E., 2002: Relations between physico-chemical and biological variables in aquatic ecosystems of the Albufera Natural park (Valencia, Spain). -  Verh. Internat. Verein. Limnol. 28: 564-568.
  55. Soria, J.M., Vicente, E. & Miracle, M.R., 2000: The influence of flash floods on the limnology of the Albufera of Valencia lagoon (Spain). -  Verh. Internat. Verein. Limnol. 27: 2232-2235.
  56. Stephen, D.; T. Alfonso, D. Balayla, E. Bécares, S.E. Collings, C. Fernández-Aláez, M. Fernández-Aláez, C. Ferriol, P. García, J. Gomà, M. Gyllström, L.-A. Hansson, J. Hietala, T. Kairesalo, M.R. Miracle, J. Rueda, S. Romo, A. Ståhl-Delbanco, M. Svensson, K. Vakkilainen, M. Valentín, W.J. Van de Bund, E. Van Donk,, E. Vicente, M.J. Villena & B. Moss. (2004) Shallow wetland lake functioning along a climate gradient - introduction to a pan-European International Mesocosm Experiment. Freshwater Biology 49:1517-1524
  57. Vakkilainen K.; T. Kairesalo, J. Hietala, D. Stephen, T. Alfonso, D. Balayla, E. Bécares, S.E. Collings, C. Fernández-Aláez, M. Fernández-Aláez, C. Ferriol, P. García, J. Gomà,  M. Gyllström, L.-A. Hansson, M.R. Miracle, B. Moss, J. Rueda, S. Romo, A. Ståhl-Delbanco, M. Svensson, W.J. Van de Bund, M. Valentín, E. Van Donk,, E. Vicente & M.J. Villena. 2004.Response of zooplankton to nutrient enrichment and fish predation in shallow lakes along a European climatic gradient. Freshwater Biology 49: 
  58. Van de Bund, W.J.; S. Romo, M.J.Villena, M. Valentín, E. Van Donk, E. Vicente, K. Vakkilainen, M. Svensson, D. Stephen, A. Ståhl-Delbanco, J. Rueda, B. Moss, M.R. Miracle, T. Kairesalo, L.-A. Hansson, J. Hietala, M. Gyllström, J. Gomà, P. García, M. Fernández-Aláez, C. Fernández-Aláez, C. Ferriol, S.E. Collings, E. Bécares, D. Balayla & T. Alfonso. 2004. Responses of phytoplankton to fish predation and nutrient loading in shallow lakes along a European climatic gradient. Freshwater Biology 49: 1608-1618
  59. Vicente, E & M.R. Miracle. 1992. The coastal lagoon Albufera de Valencia: An ecosystem under stress. Limnetica 8: 87-100.
  60. Vicente, E. y M.R. Miracle. 1988. Estructura y función de los procariotas en dos ecosistemas lagunares costeros: la Albufera de Valencia y el Estany de Cullera. Actas del Congreso de Biología Ambiental (II Congreso Mundial Vasco) 1: 79-107.
  61. Villena M.J. & Romo S. 2003. Phytoplankton changes in a shallow Mediterranean lake (Albufera of Valencia, Spain) after sewage diversion. Hydrobiologia. 506: 281-287.
  62. Villena M.J. & Romo S. 2003. Temporal changes of cyanobacteria in the largest coastal Spanish lake. Algological Studies. 109: 593-608.